RELATORÍA
GENERAL DEL FORO INTERNACIONAL SOBRE FEMINICIDIOS EN GRUPOS ÉTNICOS
RACIALIZADOS: ASESINATO DE MUJERES Y ACUMULACIÓN GLOBAL
Paneles,
ponencias centrales y mesas temáticas de trabajo
Buenaventura,
Colombia, 25, 26, 27 y 28 de abril de 2016
Somos
las nietas de las brujas que no pudieron quemar.
El Foro
internacional sobre feminicidios en grupos étnicos-racializados: Asesinato de
mujeres y acumulación global, tuvo lugar en la ciudad de Buenaventura los días
25, 26, 27 y 28 de abril de 2016. Durante cuatro días este foro convocado por
Otras Negras… y ¡Feministas!, el Colectivo Sentipensar Afrodiaspórico y la Casa
Cultural El Chontaduro con el propósito de generar un espacio de reflexión,
pensamiento y acción, reunió a más de 300 mujeres de diferentes comunidades
locales y nacionales, organizaciones de base, sectores diversos y activistas
internacionales para el análisis conjunto y el fortalecimiento colectivo de
procesos que enfrenten la problemática del feminicidio en general y, en
particular, el que se comete contra mujeres de grupos étnicos - racializados.
En las siguientes líneas relatamos algunos
reflexiones y acontecimientos de las jornadas durante las cuales se amplió la
comprensión de la problemática de los feminicidios que tiende a aumentar y sus
particularidades en un territorio reconocido por su biodiversidad, Buenaventura,
la ciudad donde se ubica el puerto más importante de Colombia y donde se ha
registrado un ensañamiento sin límites de desprecio y exterminio de la vida en todas
las manifestaciones. Con este documento, a modo de relatoría, hacemos un
bosquejo de lo que significó el Foro, en tanto continuamos en la preparación de
las Memorias que serán publicadas en forma de libro en el año en curso.
El Foro, contempló cuatro asuntos que
marcaron el desarrollo del mismo. Así, el primer día estuvo dedicado a
describir, nombrar, conocer y reconocer el contexto de Buenaventura; en el
segundo día, denominado Pedagogías de la Crueldad, se reflexionó sobre las
múltiples violencias ejercidas sobre el cuerpo de las mujeres y la forma como
éstas operan, se socializan, se reproducen, se enseñan, se aprenden y se
ejecutan; el tercer día, denominado Pedagogías de la Re-existencia, indagó,
deliberó, profundizó y reconoció las diversas formas de re-existencia que han
surgido frente a las múltiples opresiones y los diferentes métodos,
estrategias, prácticas que las mujeres han usado para re-inventarse y
re-existir frente a las violencias. Finalmente, en el cuarto día el énfasis
estuvo en profundizar en las estrategias y propuestas para enfrentar las
violencias y en especial, el feminicidio.
Lunes, 25
de abril 2016
Contexto
de Buenaventura y conceptualización
En la jornada del lunes 25 de abril en
la mañana, hicimos apertura al Foro con
un acto ritual, en torno a un gran mándala de semillas: maíz, frijol,
cacao; flores y velas, evocando a quienes ya no están en esta esfera de la
existencia -nuestras muertas y ancestras que nos acompañan. Este ritual, con
participación de d mujeres de cuatro continentes, que colmaba el auditorio
central de Bagno Regio, se hizo con la guía de las compañeras de la Casa Cultural
El Chontaduro de Cali. Allí múltiples voces expresan: “¿A quién le duelen
nuestras muertas?” y así con la escritura de los nombres de quienes ya no están,
fuimos haciendo referencia a cada una de las mujeres víctimas de feminicidio en
Colombia y en otras partes del mundo. Diferentes cantos, relatos e historias
hicieron de este momento un verdadero homenaje a nuestras ancestras cimarronas.
En el primer momento de la tarde, se
presentó el contexto de Buenaventura a cargo de Danelly Estupiñan Valencia (docente
de la Universidad del Pacífico y participante del Proceso de Comunidades Negras.
PCN) en una ponencia denominada “Víctimas
del desarrollo, comunidades afrourbanas y dinámicas de reexistencia en
Buenaventura”. Aquí Danelly manifestó que Buenaventura es una localidad con
un territorio biodiverso donde la comunidad negra se ha caracterizado por su
capacidad para crear condiciones para la vida, a pesar de sufrir violencias y
desamparo. La expositora presenta el contexto donde las mayorías negras
empobrecidas padecen, como en otras ciudades de Colombia, las consecuencias del
racismo estructural y, no obstante, enfatiza, aún mantienen la esperanza. “Aún
en las penosas situaciones que vivimos en estos territorios que están en
resistencia -en disputa- éstos son espacios de vida y libertad”.
La aplicación de todas las violencias,
desde el destierro hasta la cesación de la vida, resultan ser estrategias para
el propósito de desintegrar a las comunidades urbanas y rurales y apropiarse de
sus territorios. Estas violencias que se realizan en Buenaventura y en otras
partes del mundo son violencias legalizadas que obedecen a la articulación
entre capital y Estado. Desde hace 20 años la imposición de un modelo de
desarrollo, que implica la expansión portuaria, con el propósito de consolidar
la mayor plataforma económica del país, ha generado una violencia sin
antecedentes en la región, expresada a través de masacres y altos niveles de
empobrecimiento (“no somos pobres; tenemos muchas riquezas”). En consecuencia
la ponente afirma que la población negra no es víctima del conflicto armado
sino del modelo de desarrollo.
Así en el espacio de intervenciones,
aportes y preguntas, las diferentes participantes hicieron énfasis en señalar
que el despojo es por el reacomodo del capitalismo nacional y transnacional. Se
plantea que es un proceso salvaje de destrucción de lo humano y lo colectivo.
También se recalca en no dejar de nombrar el racismo estructural que se
materializa en una plataforma capitalista que se renueva, esto nos lleva a
considerar que “los proyectos para estos territorios se han gestado desde el
centro andino blanco racista, al que no le interesa conocer nuestras
propuestas, éstas no son escuchadas, pero si existen propuestas de la gente
bonaverense. Las comunidades negras son afectadas por el racismo que dice que
no tenemos la capacidad de pensar nuestro destino. Hay que decirlo con fuerza:
el racismo estructural se articula con el patriarcado para que estos proyectos
sigan vigentes”.
En este mismo sentido se afirmó que “lo
que está pasando en Colombia con Buenaventura es lo que está pasando a los
territorios indígenas de Colombia, asentadas sobre las riquezas mineras,
culturales, sobre la biodiversidad, fundamental para nosotras las mujeres.
Nosotras, las mujeres, tenemos gran incidencia en tiempos de defensa de
territorios. Tenemos que unirnos y articularnos”.
En el segundo momento de la
tarde, las invitadas internacionales Aura Stella Cumes, Rita Segato, Patricia
Godinho, Silvia Federici, Shahrzad
Mojab, Sheila Gruner y Helen Álvarez participaron en un panel orientado por la
moderadora, Betty Ruth Lozano, para dar inicio a una reflexión acerca de cómo
nombrar la situación de las violencias ejercidas sobre los cuerpos de las
mujeres atravesadas por múltiples opresiones.
La pregunta inicial para las ponentes tuvo
que ver con la forma en que ellas están pensando la situación de las mujeres
que vivimos y sufrimos múltiples opresiones, cuál es la categoría que
permitiría englobar esta situación multiopresiva. Se ha hablado del
patriarcado, pero también del capitalismo. Unas autoras ponen mayor énfasis en
una noción que en otra; o podría ser el “sistema colonial de género”, como
plantea Lugones. Betty Ruth aclara que ésta no es una pregunta acerca del
origen de la opresión, sino acerca de la categoría que permite pensar las
múltiples opresiones de las mujeres racializadas, opresiones fusionadas, que es
la forma como se presentan desde nuestras experiencias.[1]
El
contexto de Buenaventura permite expresar que “hoy, aquí, Buenaventura es el
mundo” (Federici), dado que lo que aquí pasa está aconteciendo también en otras
partes del sur global, e incluso en sitios tan impensables como Canadá, que
permite que las mujeres indígenas estén más re-invisibilizadas porque se supone
que en el llamado “primer mundo” esto no ocurre; sin embargo, hay grandes
proyectos minero-energéticos en Canadá como en Colombia (Sheila). Esto nos da a
entender que al capital global no le importa dónde está la gente, lo que
quieren es apropiarse del territorio y usan a la mujer racializada para cumplir
su proyecto.
Rita
Segato, afirma que no se puede explicar la opresión de género desde la
monocausalidad. Asegura que no hay que temer a la complejidad del análisis que
permita el cruce de circunstancias de varios órdenes. De tal manera enfatiza en
que en la mayor parte de los mitos de creación -incluido el judeo cristiano-
hay un episodio de la derrota de las mujeres que llevó a los hombres a
dominarlas; allí está relatada la estrecha vinculación entre nuestro origen
como especie y la subordinación de las mujeres. Saliendo del Neolítico los
hombres consiguen el primer momento de supremacía que viene creciendo hasta el
momento actual, en el que se combina con el evento de la Colonización y la
Conquista, lo cual ha sido explosivo y letal para las mujeres. Se afirma que la violencia que se
ejecuta contra las mujeres en todo el mundo no tiene precedentes: “nunca hubo un momento más letal para el cuerpo de las mujeres que
el presente”.
Se plantea en el panel que es tal la
violencia contra las mujeres que puede afirmarse que hay una
guerra contra ellas de la misma manera que hay una guerra contra el terrorismo
y contra las drogas. El capitalismo tiene un gran poder para organizar e
institucionalizar la violencia contra las mujeres a través de mecanismos de
consentimiento y fuerza. Esta característica dual del capitalismo entra en una
relación simbólica con otras fuerzas sociales: nacionalistas, religiosas,
patriarcales, racializadas; para crear, sostener y perpetuar la violencia
contra las mujeres (Shahrzad Mojab).
También es importante destacar otras
ideas en relación con el debate generado en el panel. El movimiento feminista
tiene que resistir las reglas que son impuestas por las ONG internacionales que
individualizan, desradicalizan e institucionalizan las demandas de las mujeres
y las ponen en reformas legales, en discursos de Derechos Humanos, en procesos
de auto-ayuda neoliberal y en esquemas de micro-crédito, entre otros. También
en capacitaciones o formaciones sobre democracia con enfoque de género. Diversos fueron los acercamientos a
la respuesta de la pregunta; hubo aportes importantes en el horizonte
comprehensivo de la multiopresividad de las mujeres racializadas; sin embargo
no fue respondida.
Pedagogías
de la crueldad
El segundo día del Foro, denominado Pedagogías de la Crueldad estuvo
dedicado a reflexionar sobre las múltiples violencias que se ejercen sobre el
cuerpo de las mujeres. El día estuvo organizado en cuatro momentos; en un
primer momento se presentó una ponencia internacional en la que participó Rita
Segato; en el segundo se desarrolló un panel nacional. En la tarde avanzó el
tercer momento con la apertura de las mesas de trabajo y en el cuarto momento
se presentaron dos ponencias internacionales de Aura Estela Cumes y Sheila Gruner.
Rita Segato presentó la ponencia
internacional “Género y violencia en la
fase apocalíptica del capital: nuevas reflexiones a la luz de las
transformaciones históricas de nuestra época”, en ella la autora aborda
diferentes tópicos con el propósito de dar una explicación al ejercicio de las
violencias contra las mujeres a la luz del contexto actual. Inicia retomando la
pregunta del día anterior y plantea que antes de abordar sus temas, es
necesario hablar del proceso histórico que nos trae hasta el presente. Frente a
esto plantea que la violencia no es continua, pues hay un quiebre dado por la
colonización y por la conquista permanente, por la toma de los territorios que
dependen de una pedagogía de la crueldad. Esa pedagogía es la violencia de
manual que ordena que para un mundo despojador, para un mundo voraz, para un
mundo en esta fase apocalíptica del capital, se torna necesario un mundo sin
empatía, sin compasión donde las personas se habitúan a la masacre y la
naturalizan, esta es la pedagogía de la crueldad, la cual, se hace por medio de
guerras informales. En nuestro continente se expande un escenario bélico sin
nombre y actúa por medio de patrullas organizadas encima de una estructura
masculina que azota las personas, masacra el cuerpo de las mujeres y muestra
que la crueldad es la forma de vivir el presente y que no podría ser de otra
forma.
Seguidamente a la ponencia se presenta
el panel nacional denominado “El cuerpo
mujer y el cuerpo territorio”, María Mercedes Campo y Betty Ruth Lozano del
Colectivo Sentipensar Afrodiaspórico y Otras Negras… y ¡Feministas!; Clemencia
Fory Banguero y Katherine Loboa de la Movilización de las mujeres afrodescendientes
por el cuidado de la vida y los territorios ancestrales y Alejandra Rangel y
Valentina García (estudiantes de la Universidad del Valle) acompañadas por la
moderación de Natalia Ocoró realizaron sus presentaciones alrededor de la
pregunta ¿cuáles son las prácticas, métodos y estrategias de las violencias que
se ejercen sobre el cuerpo de las mujeres?
En la jornada de la tarde se dio
apertura a las mesas de trabajo que reflexionaron, debatieron y realizaron
propuestas frente a cinco temas centrales para las discusiones del Foro: 1. Cooperación
internacional, violencia contra las mujeres y procesos de neocolonización; 2. Organizaciones
y movimientos sociales: enfrentar o reproducir las violencias contra las
mujeres; 3. Configuraciones de los feminicidios desde lo urbano en la
perspectiva étnico-racial: procesos de empobrecimiento, destierro y servicio
doméstico; 4. Perspectivas de paz, post-acuerdo y reparación para las mujeres
étnico- racializadas y 5. Re-existencias y transiciones hacia el Buen Vivir: Lucha de las mujeres por una
paz diferente desde el Ubuntismo afro
en diáspora.
Para finalizar el día, se presentaron
las ponencias internacionales “La
violencia sexual en el genocidio contra el Pueblo Maya en Guatemala” de
Aura Estela Cumes y “Violencia, las
mujeres, acumulación y racismo. Desde Canadá y el colonialismo hasta Colombia”
de Sheila Gruner. Aura Cumes presentó en su ponencia un análisis sobre la
violencia sexual contra las mujeres, cometida durante el genocidio contra el
Pueblo Maya como resultado del llamado ‘Conflicto armado interno’ que duró
entre 1962 y 1996. En ella presenta que de acuerdo a las evidencias, que cada
vez aumentan, la violencia sexual fue una práctica recurrente, sistemática y
extendida y un arma eficaz de contrainsurgencia dirigido contra las mujeres
mayas, nueve de cada diez mujeres mayas sufrieron violencia sexual. Por ello,
Aura plantea que no se puede discutir el genocidio sin hablar de manera
responsable y profunda de la violencia sexual.
Por su lado, Sheila Gruner reflexionó en
su ponencia acerca de la situación de las mujeres indígenas en Canadá, estas
situaciones no son conocidas generalmente ya que “no es un problema para el
primer mundo”. En este sentido resulta difícil visibilizar la desvalorización
de las mujeres indígenas y con ello, la vinculación con el despojo de los
territorios en el que también se presentan resistencias en contextos de
expansión de las nuevas fronteras del desarrollo. Para Sheila, Canadá es un
país donde se materializa claramente los procesos de acumulación global que
afectan a comunidades indígenas y a otras poblaciones racializadas y plantea
que es necesario tejer solidaridades.
Miércoles,
27 de abril de 2016
Pedagogías
de las re-existencias
El día miércoles, con Pedagogías de las re-existencias
recordamos los modos de proceder
en las cotidianidades de los ámbitos privados y públicos, rurales y urbanos, en
los movimientos sociales y en nexo con la institucionalidad. En re-existencia, estamos
–históricamente- desarrollando todo tipo de capacidades no conocidas, con las
que nos hemos hecho a lo largo de la historia para estar aquí; re-existir es
reivindicar la humanidad negada.
En la mañana, Patricia Godinho abre el
día presentando la ponencia internacional “Memorias
de violencia: mujeres, resistencia y construcción identitaria en Guinea Bissau”.
En la línea de pedagogía de la re-existencia, con su presentación, con relatos
de vida de mujeres combatientes guineanas del movimiento por la liberación de
independencia de Guinea Bissau, Patricia afirma que contar nuestra historia es
reconocer las prácticas culturales que han intentado borrar con los
colonialismos; es vital para nuestra liberación, en las localidades del
continente africano y en donde se han dado los procesos de la diáspora. En
conclusión, Patricia subraya lo que significó la participación de las mujeres
para Guinea Bissau; recordó que a ellas, en lucha, no se les reconoce. Afirma
que tanto la negritud como el colonialismo que nos conecta con África nos pueden
ayudar a pensar en formas complementarias y similares de enfrentar la
violencia. Violencia que, para el caso de las mujeres, tiene causas
estructurales y causas conectadas a las políticas neoliberales; también tiene
que ver con prácticas culturales ancestrales, que ellas, no obstante, resisten,
a través de diversos procesos organizativos.
María M. Campo modera el Panel
“Estrategias para re-existir a las violencias”, con ponentes nacionales, con
participación de dos mujeres de comunidades indígenas del Cauca; dos mujeres de
la Casa Cultural el Chontaduro y una mujer del Colectivo Sentipensar Afrodiaspórico
y Otras Negras… y ¡Feministas!.
Blanca Astrid Secué e Isaura Sauce,
representantes de comunidades indígenas (CRIC y ACIN) plantean que, como
comunidades indígenas, “nosotros estamos pensándonos colectivamente porque la
unidad, la colectividad hace que nosotros defendamos la vida, la cultura, el
territorio, la pervivencia hasta ahora y hasta que se apague el sol.” Tenemos
dolores que hemos guardado y necesitamos tener la sanación del dolor. Ha sido
mucho tiempo de miedo y sufrimiento; estamos convencidas de que la lucha no es
en solitario, están la población afro, la población campesina también. Si no
nos movilizamos estaremos desapareciendo, tenemos la esperanza de que podamos
promover la unidad entre las mujeres.
Vicenta Moreno, de la Casa Cultural El
Chontaduro, plantea lo que significa vivir en un espacio racializado de la urbe
en el oriente de Cali. Las mujeres y su comunidad llevan muchos años buscando
espacios por encima del cansancio; buscando la construcción colectiva como
apuesta de organización. Recuerda que ellas -nosotras- las mujeres negras del
distrito de Aguablanca mueren –morimos- muchas veces, y de muchas maneras: está
la muerte histórica que no se desliga de la programación de la muerte; están
los despojos permanentes también. Muchas de las mujeres que vivimos en el
oriente de Cali somos de origen bonaverense, chocoanas, nariñenses, correteadas
por la muerte, desterritorializadas y empobrecidas. En las ciudades como en la
capital del Valle del Cauca, al igual que en las zonas rurales, las mujeres reexisten,
nos apoyamos entre sí (entre ellas conversan, acerca de cómo defenderse, cómo
tener una mejor organización). Comprendemos que pasamos de la esclavitud a la
servidumbre. Por el correteo del destierro que sufrimos permanentemente, la
estrategia es politizar la muerte racializada. No es la muerte individual, es
la muerte de todas nosotras; así, hemos creado el carnaval de la luz, donde
ponemos las imágenes de jóvenes muertos, que dicen que no valen nada, pero estamos
allí, resignificando nuestras muertes con rituales donde decimos que sí tienen
un valor, que esos jóvenes son personas asesinadas en una sociedad racista. La
muerte nos toca a todas y todos y la transformamos en vida, como una estrategia
de re-existencia.
Con el enfoque de las re-existencias, de
la Casa cultural el Chontaduro, Ofir Muñoz se pronuncia planteando cuál ha sido
el eje fuerte de trabajo: acerca de la comprensión del género. Ofir narra que
desde el año 2000 iniciaron el encuentro de mujeres mayoritariamente negras y
empezaron a trabajar alrededor de la memoria ancestral, con recuperación de
mitos, cuentos y leyendas. En el proceso de la biblioteca, escogieron también
materiales para trabajar con niños y niñas. Ella cuenta que ese proceso fue
evolucionando y algunas de las mujeres un día dijeron por qué no escribimos
nuestras experiencias de vida: si las hablamos y reflexionamos, acerca de eso
que nos ha permitido continuar re-existir-, ayudará también a otras mujeres y
para que la gente conozca nuestras vivencias. Cuenta que estos relatos están
puestos en canciones, entonces nos encaminamos a escribir el libro. La
expositora afirma: Yo he contado mi vida, pero nunca me imaginé como sería
escribirla. Actualmente, trabajamos en la Escuela política entre mujeres y
visionamos nuestra vida en una sociedad como la colombiana. Además, con la
Escuela política, como otro modo de Re-existencias, nos encontramos con mujeres
y hombres que tienen disciplinas diferentes y, en su mayoría, son del sector
del oriente de la ciudad como el Distrito de Aguablanca.
Elba Mercedes Palacios Córdoba del
Colectivo Sentipensar Afrodiaspórico y Otras Negras…y ¡Feministas!) presenta la
ponencia “Sentipensar los feminicidios en plural y las re-existencias
históricas en proporción a hacer vivir”. La expositora plantea que decir de las
re-existencias es recordar la historia de nuestra cotidianidad, en el
transcurso del vivir: niñez, juventud. Las reexistencias para las mujeres
negras es el día a día. No es una cuestión de que hoy me levanto a reexistir;
es hacer vivir, de múltiples maneras; llenar de sentido la vida en una sociedad
que nos empobrece, nos racializa, que nos ha cosificado, que nos muestra
modelos de lo bello, bueno y deseable; nos aleja, maltrata y mata de muchas
maneras. Elba considera que se complementan dos modos básicos de reexistir: primero,
es la comprensión del sistema que nos oprime, que implica una lectura minuciosa
sobre la realidad construida; reconocernos como víctimas del modelo de
desarrollo bélico, patriarcal; reconocer la complementariedad con otras luchas,
en otras latitudes, de parte de mujeres racializadas y hacer las conexiones
necesarias porque nos permite recontar nuestra historia indocumentada. Segundo,
otra manera de resistir es buscar otros ámbitos de hacer vivir que nos han sido
negados históricamente. Seguir comprendiendo porque la cotidianidad nos impulsa
a un proceso imparable.
En la tarde se presentaron,
consecutivamente, con intervenciones del auditorio, dos exposiciones de ponentes
internacionales. La ponencia de Helen Álvarez: “Transformando el dolor del feminicidio en lucha por la justicia”
inicia planteando que la rebelión de las mujeres ha sido una constante desde
los procesos de Conquista. Helen advierte considerar -hoy, en nuestra
reconocida sociedad “pluriétnica”- que la impunidad de los crímenes de mujeres
es la manifestación estatal del desprecio de la vida de las mujeres. Afirma que
el acceso a la justicia está lleno de trampas para las mujeres indígenas; hoy
es clara la etnización y racialización. El feminicidio resulta ser la violencia
de la institucionalidad contra las mujeres; las leyes son promulgadas por las
mismas instituciones patriarcales, el ministerio público representa a la
víctima. Necesitamos aliarnos, hay que entrar al aparato judicial, pero el
problema está en la misma institución; así, las mujeres en el poder están
cooptadas, disciplinadas y llegan al cargo para lavar la cara del patriarca
-del caudillo. Al final, dice la expositora boliviana: nuestra venganza es ser
felices. Si hay impunidad hay complicidad, fiscalía rima con porquería.
Desobediencia, gracias a ti seré feliz.
Ponencia de
Shahrzad Mojab nombrada “Mujeres que enfrentan la violencia del imperialismo
y el fundamentalismo en el medio oriente”.
La expositora ratifica su trabajo como activista; ella es integrante de
movimientos antiimperialistas; ha trabajado sobre mujeres, guerra,
militarización y violencia; desplazamiento en la vida de las mujeres en zonas
de conflicto en el medio oriente. Shahrzad
afirma que las formas específicas de violencia imperialista contra las mujeres
están arraigadas a esta condición y son ejercidas a nivel del Estado y la
sociedad civil, por lo tanto, más que otras formas sociales, la violencia
contra las mujeres en el imperialismo es estructural e ideológica con un
alcance global; en otras palabras, las formas de violencia imperialista son
formas de violencia a gran escala y violencia de intensificación
Jueves,
28 de abril de 2016
Estrategias
para enfrentar los feminicidios
El jueves se visibilizaron y
materializaron diversas estrategias para enfrentar los feminicidios, a través
de las voces, emociones y sentimientos de la ponente internacional y activista
Silvia Federicci, las ponentes nacionales, las relatoras que participaron en
las mesas de trabajo y más de 300 mujeres que transitaron por el Foro para
transformar la memoria en nuevos pactos frente a las múltiples opresiones sufridas
por las mujeres étnizadas y racializadas en todo el mundo.
El día estuvo organizado en cuatro
momentos. En el primero, en el panel Estrategias
para enfrentar los feminicidios. Experiencias y dificultades en el acceso y
exigencia de derechos, el diálogo de Danny Ramírez (activista de la
Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas. CNOA), Alejandra
Cárdenas (Directora Legal de Women´s Link Worldwide) y Natalia Ocoró (activista
del Colectivo Sentipensar Afrodiaspórico y Otras Negras… y ¡Feministas!) vislumbró
las posibilidades y obstáculos de un hacer justicia para las mujeres, de cara a
la institucionalidad que naturaliza las violencias y de las comunidades y
organizaciones sociales que la toleran. El panel trató de visibilizar que los
crímenes a las mujeres, en su mayoría con subregistros impunes, se presentan
todavía como asesinatos, sin más; ocultando que son feminicidios y que están en
relación con acabar con las comunidades ancestrales y el escalamiento del
modelo de desarrollo contrario a la dignidad de los pueblos y a su integridad
étnica y cultural así ésta esté reconocida en la normativa del Estado nación
contemporáneo y ratificada por acuerdos internacionales. Dicho de esta manera,
las ponentes nacionales de este panel final, dejaron como idea central que con
causas estructurales -patriarcado racista capitalista-, las soluciones a la
problemática del crimen contra las mujeres deben ser también de carácter
estructural -antisistémicas.
En el segundo momento, Silvia Federici
con su ponencia “La globalización, la
acumulación de capital y la violencia contra la mujeres: una perspectiva
internacional e histórica”, se pregunta ¿Cuáles son las causas de este
fenómeno y qué nos dice acerca de las transformaciones que se están produciendo
en la economía global y la posición social de las mujeres? Tratando de
responder, la expositora ubica el tema de la acumulación del capital en el
pasado y el presente y las violencias contra las mujeres en relación con el
conflicto que se desarrolla en muchas partes del mundo que conduce a la muerte
de miles de ellas. Hoy, la nueva caza de brujas se puede encontrar, tanto en la
relación entre acumulación de capital y la violencia contra la mujer, que se
constituye en la nueva guerra contra las mujeres, que es estructural. Es una
violencia típica de los periodos de guerra; es importante comprender por qué
hablamos, hoy, de una nueva guerra contra las mujeres.
En el tercer momento, las voceras de cada
mesa de trabajo, acompañadas por la moderación de Martha Liliana Rivas del colectivo Otras Negras... y ¡Feministas!, presentaron sus deliberaciones y acuerdos durante los días
martes y miércoles en las cinco mesas. En la mesa uno, la de Cooperación
internacional, violencia contra las mujeres y procesos de neocolonización,
las participantes reconocieron la importancia de la solidaridad entre los
pueblos como acciones contundentes que permiten su autonomía política e
ideológica, y que han coexistido a lo largo de la historia como un ejemplo de
existir en libertad sin la cooptación que se impone de un sistema global,
racista, patriarcal, colonial y en contra de las mujeres. Este sistema que
también se agencia mediante algunas entidades de cooperación internacional,
deslegitima la organización comunitaria e imponen una lógica euro.usa.centrica.
También, hubo un acercamiento a la relación entre cooperación internacional y
reparación, motivado por el argumento que exponen algunos gobiernos en que no
hay necesidad de reparar en tanto se están desarrollando programas y proyectos
de cooperación internacional, lo que genera que se evite el debate.
Es necesario seguir reflexionando sobre
las lógicas del sur y del norte y también el papel de las organizaciones y
procesos sociales que establecen alianzas con la cooperación internacional. Es
urgente indagar por los intereses de la cooperación, cuestionar para qué y por
qué se da la cooperación a fin de comprender su intención política y analizar
si hay sexismo, racismo y/o clasismo en la cooperación internacional; es
importante movilizar recursos autónomos que permitan trascender las relaciones
de dependencia que se construyen entre las cooperaciones internacionales y las
comunidades; es necesario que las propuestas y proyectos que trae la
cooperación se den a conocer y se debatan en una asamblea donde esté toda la
comunidad, y no se negocie solo entre directivos. Se requiere que construyamos
colectivamente más elementos y acciones de control comunitarios; se acordó
exigir a las agencias de cooperación internacional que respeten las agendas de
las organizaciones y movimientos sociales. Resulta de gran importancia que se
construyan relaciones horizontales en las que además, se reconozca la
particularidad de los contextos y la diversidad de y entre los
pueblos/comunidades.
Un ejercicio clave que debemos emprender
es la construcción de espacios propios, autónomos, en donde nos formemos y
reflexionemos sobre cómo evaluamos el impacto de los programas de cooperación
internacional en nuestras vidas, en la vida comunitaria, en las organizaciones,
en nuestros territorios; así vamos ganando en autonomía política y organizativa
para desarrollar nuestras propias propuestas de vida digna, libre de violencias
sexistas, racistas y clasistas. Finalmente, se concluyó en la mesa que promover
y fortalecer procesos de solidaridad entre organizaciones y pueblos, entre
mujeres y sus colectivos, es una estrategia para insistir, resistir y
re-existir.
La mesa
dos, Organizaciones y movimientos
sociales: enfrentar o reproducir las violencias contra las mujeres, propuso
como punto de partida del diálogo el reconocimiento de que al interior de las
organizaciones y movimientos hay reproducción de las violencias de este sistema
mundo, en donde se ejercen y refuerzan prácticas patriarcales, racistas y
sexistas que han sido establecidas culturalmente. En ese sentido, nuestra
búsqueda es el cuidado de la vida de las mujeres, y de la vida en todas sus
manifestaciones; lo cual implica conocer esas prácticas, explicarnos e
historizar las opresiones, luchas y violencias; saber de dónde vienen, cuáles
son los intereses que perpetúan esa lógica guerrerista contra la vida. Explicar
y entender para transformar esas lógicas, esas realidades.
El resultado de las reflexiones de la mesa
se concretó en las siguientes propuestas: buscar siempre la coherencia vital
entre los discursos y la acción política en todos los ámbitos, desde lo
cotidiano hasta los ejercicios de manifestación pública de las luchas y
resistencias; invitamos a que asumamos estar en resistencia y luchar contra
todas las formas de discriminación, opresión e injusticia sin importar de donde
vengan, asumiéndolas como propias, éste será un principio ético político;
fortalecer y poner en acción de las dinámicas organizativas la espiritualidad
como forma de reconocernos como seres (mujeres y hombres) y la relacionalidad
con el otro-a y el mundo; usar discursos que visibilicen la presencia y participación
de las mujeres y frenar en todos los ámbitos de las relaciones las lógicas
discursivas que estereotipan y mantienen las problemáticas que hoy tratamos de
transformar al interior y hacia el exterior de las organizaciones y los
movimientos sociales.
La relatoría de la mesa finalizó con una
convidada: convocamos a pensarnos qué tipo de política queremos hacer, vivir
para no reproducir en nuestros cuerpos individuales ni en nuestras
organizaciones las relaciones estructurales de poder, incluso cuestionar los
lugares en donde nos establecen jerarquías y del mismo modo buscar permanentemente
la construcción de relaciones horizontales, de liderazgos y de tomas de
decisiones colectivas; generar procesos de auto-cuestionamiento en cada persona
en relación con la congruencia en la práctica para potenciar la fuerza
colectiva y, motivar a las organizaciones sociales mixtas para que asuman
procesos de liderazgos colectivos con principios de alternancia (hombres y
mujer) y de paridad-equidad. Todo lo trabajado en esta mesa es central en la
construcción colectiva de alternativas, estrategias y acciones como un camino
para subvertir la reproducción de la violencia contra las mujeres.
Las reflexiones presentadas en la
relatoría de la mesa tres, Configuraciones de los feminicidios desde
lo urbano en la perspectiva étnico-racial: procesos de empobrecimiento,
destierro y servicio doméstico, fueron guiadas por dos preguntas, la
primera ¿Cuáles son las realidades frente al feminicidio en nuestros
territorios urbanos de comunidades negras e indígenas? Diversos abordajes tuvo
la pregunta, se citan algunos, la muerte de las mujeres negras hace parte de
las estrategias de vaciamiento, esto se expresa en-sobre mujeres habitantes de
Buenaventura y Medellín al sacarlas desterradas de sus casas, de sus
territorios; desplazadas; a las mujeres no se les asesina sólo por el hecho de
ser mujeres, sino también en relación a los intereses de las fuerzas
territoriales vinculados a intereses múltiples de grupos paramilitares, de
narcotráfico, etc. Necesariamente un abordaje a la pregunta fue establecer la
relación de los feminicidios con las labores que ejercen las mujeres, con
trabajos que las explota, por ejemplo, el servicio doméstico es una continuidad
de los procesos de esclavización, pues se ha pasado de la esclavitud hacia la
servidumbre. El servicio doméstico es una condición indigna, un lugar de
dominación que llega a niveles de esclavización (subordinación - salarios paupérrimos).
La segunda pregunta trabajada en la mesa
fue: ¿Cuáles son las expresiones de resistencia y re-existencia que están
desarrollando las mujeres negras e indígenas en sus territorios urbanos? Las
participantes proponen que es necesario identificar la causa común y trabajar
en conjunto. La resistencia y las re-existencias, se basan en la
concientización y preparación de nosotras y de nuestras hijas y nuestros hijos,
porque ellas y ellos son el futuro. También se señala el trabajo entre, con y
para mujeres, en búsqueda de que el Estado nos escuche. Es relevante
visibilizar toda la impunidad en torno al no acceso a la justicia. Simultáneamente,
en la mesa se destacó el Teatro de los Oprimidos como técnica eficaz y popular
para visibilizar problemáticas de opresión, entre esas la del feminicidio.
También se alude que se debe romper con el silencio, realizar movilizaciones:
actos simbólicos, visibilización mediática, exigibilidad de derechos, mesas
permanentes para hacer mapeos sobre el tema, foros, conferencias, sensibilización
desde lo audiovisual y llevar las temáticas a distintas instituciones.
En la relatoría se destacaron los
procesos educativos como una manera importante para que las mujeres agencien
cambios frente a la violencia; sin embargo, sí bien la educación es importante,
en el ámbito académico también se vivencian diversas violencias contra las
mujeres. Otro campo a explorar es el sistema de administración de justicia,
pues es necesario que cuando las mujeres denuncien, sepan enunciar lo sucedido,
ya que los funcionarios suelen llamar a las agresiones sufridas violencia
intrafamiliar; este error debe evitarse y nombrarse de manera clara para que se
tipifique como feminicidio. Se habla sobre la falta de rigurosidad por parte de
los funcionarios cuando las mujeres afros denuncian violencias de género. Hoy
en día, jurídicamente, el concepto feminicidio permite que se establezcan
diferencias para identificar en términos penales las distintas expresiones de
la violencia de género a nivel nacional e internacional; se nombran en la mesa tres
formas diferenciadas de feminicidios: como botín de guerra, como control del
Estado y los relacionados a los distintos ámbitos de las mujeres que se
manifiesta con el desprecio hacia ellas y como parte de ese desprecio la
racialización influye de manera significativa. Un claro ejemplo
son los suicidios como única opción o alternativa ante las múltiples violencias
vividas, éstos también son feminicidios. Por todo, la categoría de feminicidios
debe afrontarse en la interseccionalidad: raza, clase, territorio, género.
Se plantea que las resistencias no son
suficientes, debemos ir por lo que nos han quitado, a lo largo de la historia
se ve que con solo resistir nos siguen matando. Es necesario analizar lo que hay
detrás en las relaciones que se construyen socialmente. Es necesario combinar
lo individual con lo colectivo.
De acuerdo a lo presentado por la mesa cuatro, Perspectivas de paz, post-acuerdo y reparación para las mujeres étnico-
racializadas, hubo consenso en que la firma de los acuerdos en la Habana es
un avance, pero no es la construcción de paz. La construcción de la paz es la
posibilidad de poder recuperar los vínculos comunitarios y acceder al ejercicio
y garantía de nuestros derechos.
Las siguientes propuestas como
expresiones de resistencias y re-existencias surgieron en la mesa: renunciar al
denominador minorías étnicas, somos mayorías; potencializar el poder que
tenemos las mujeres; resaltar y potenciar espacios de formación, encuentro y
discusión como este foro, espacios de encuentro para compartir, conversar,
conocer, aprender, organizarnos; se propone realizar escuelas de formación de
mujeres, en municipios, regiones con encuentros permanentes; construir las
memorias desde los pueblos mismos, que no sean sólo los profesionales, sino las
mismas comunidades para que cuenten sus propias historias, las versiones de la
guerra y las paces; potenciar las resistencias que tenemos para que se
conviertan en estrategias; inculcar en los niños y niñas prácticas de cultura
de paz y el amor por el territorio; reconocer los papeles que cumplen las
mujeres en el territorio; conformar, tramitar y legalizar una mesa de concertación
con actores sociales y el gobierno nacional para construir acuerdos y procesos
de paz. La paz la construimos nosotras mismas, acompañando los procesos
territoriales, para que la lucha por esa paz se vaya materializando sin
polarizaciones en nuestras comunidades. “Las comunidades venimos trabajando por
la paz históricamente, llevamos el mismo tiempo del conflicto trabajando por la
paz, desde la no violencia… No es novedoso para nosotras pensar en la paz”.
En términos de memoria y pedagogía de
paz se insiste en la importancia de: revisar la historia, no olvidar las
brechas de desigualdad, la racialización del conflicto, las diferencias
territoriales, las experiencias diversas y de distinto nivel de las
comunidades; estudiar, discutir, comprender los acuerdos de paz firmados en la
Habana; comprometer a los medios masivos de comunicación; reconocer,
visibilizar los procesos de organización y otras formas de “tejer otras formas
de relaciones más respetuosas”, las comunidades étnicas siempre hemos sido
constructoras de paz, cómo significar estas experiencias y, afirmar que la
construcción de la paz pasa por pensar que no tenemos que vivir los
feminicidios, sino que exige cambios estructurales, la paz debería apostarle a
transformar las lógicas de exclusión histórica en el país.
La relatoría de la mesa cinco, Re-existencias y
transiciones hacia el Buen Vivir:
Lucha de las mujeres por una paz diferente desde el Ubuntismo afro en diáspora, presentó los resultados de la discusión
en la mesa de trabajo. Para empezar, las relatoras compartieron lo que las
mujeres expresaron indica el Buen vivir.
El Buen vivir debe ir de la mano de
una reconstrucción de lo ha sido nuestra presencia en las ciudades, dar
visibilidad y reconocimiento a la presencia de aquellas y aquellos quienes han
sido subalternizados en lo urbano desde la colonia; para la defensa de
territorios y enclaves urbanos habitados ancestralmente es necesario un cambio
de perspectiva que recuente lo que nuestras gentes aportaron y aportan a formas
alternativas de vida en la ciudad; desde Guatemala los procesos de sanación
colectiva son herramientas políticas de transformación, la sanación es una
herramienta importante de trasformación y acción política entre mujeres
diversas: Mayas, lesbianas, activistas, etc., en un primer espacio y luego con
las comunidades. Las experiencias de Buen
vivir permiten reafirmarnos y construir referentes de resistencia a la
crisis del modelo económico patriarcal extractivista que quiere que nos
olvidemos de nuestras propias fuerzas e incluso que nos dice sutilmente que nos
va a educar, frente a eso planteamos re-existir y resistir teniendo nuestras
propias escuelas y economías propias manteniendo nuestras formas de practicar
filosofías milenarias del Buen vivir.
La relatoría presentó lo que en
colectivo las mujeres de la mesa pensaron, cómo es que viven el Buen vivir. Es vivir con dignidad,
siempre ha estado presente en nuestras comunidades, es el territorio y el
primer territorio es el cuerpo; es una sociedad sin racismo, clasismo y
patriarcado; implica autonomía, autodeterminación, auto-financiación, economías
propias; presenta alternativas al horror del sistema capitalista y es antimilitarista
(ningún actor armado); respeta no solo los derechos humanos, también los
colectivos que permitan mejorar las relaciones humanas con la naturaleza desde
una visión no individualista; todas las formas de vida se respetan, creando un
sentido de lo colectivo y la construcción de espacios para respetar los ritmos
de la vida, para la comunidad, para la familia; es recuperar las formas de
vida, liberar el territorio de todas las formas de violencia; abrir caminos,
resistir; las mujeres son sujetas de paz en contextos de violencia como también
de empobrecimiento y de vulneración extrema; aceptar las propias diferencias
para vivir bien; es resistencia sin
esperar apoyo del Estado; diálogo con las instituciones desde exigir la
garantía del derecho al Buen vivir y
la no dependencia.
También en la mesa se recordó el sentido,
a través metáforas, frases, refranes o dichos de lo que significa Buen Vivir: el territorio es la vida y
la vida no se vende, se ama y se defiende; yo pon, tú pon, si no pom, también
com; mi cuerpo es mi primer territorio con la tierra; somos lo que somos por
nuestra lengua materna; estamos muy apegados al territorio ya que el territorio
es primero antes que el comercio; mujeres unidas jamás seremos vencidas; la
experiencia hace al maestro; soy parte, lo siento, lo defiendo; podemos ser
fuertes; vivir con dignidad acorde a las tradiciones, al hábitat como un
espacio para la familia y a la autoaceptación de nuestro cuerpo; el Buen vivir es lo que le permite al
individuo ser en presencia desde lo colectivo; experiencia donde se teje
territorio, comunidad, autonomía.
Y para continuar construyendo nuestro
Buen vivir… Juntas crearemos una red de mujeres diversas
para comadrear, replicar, vivir, generar, solidaridades, sororidades, para
apoyarnos, para crear y para escribir.
Después de la lectura de las relatorías
resultado de las mesas de trabajo, llegó el cuarto momento del día, en donde emergió
el acto conspirador de más de 300 mujeres que dialogaron e interactuaron durante
los cuatro días del Foro, acompañadas con la fuerza de la resistencia de
mujeres negras como Polonia, Wiwa, Orika, Catalina Luango, Agustina y Ana María
Matamba en el proceso de la lucha por la libertad y contra la esclavización
para gritar: Aquí estamos en los territorios ancestrales rurales y urbanos con
nuestras alegrías y tristezas y nuestras emociones individuales y colectivas
como elementos constitutivos de la identidad y de las resistencias por la
dignidad personal y colectiva. En este acto conspirador irrumpió la Declaración
del Foro, que se trascribe a continuación tal como fue leída en el auditorio.
En armonía con el primer día, en este último
sanamos juntas, sentipensando con un acto ritual de todas las participantes
cantando arrullos y alabaos, herencia de nuestras ancestras, en las voces de
las mujeres de la Casa Cultural El Chontaduro y de la Cocomacia, el consejo
comunitario más grande de Colombia. Hoy nos despedimos con la certeza de que
estamos más acompañadas que siempre, nuestro tejido continuará hilo a hilo por
ríos, montañas, quebradas, playas, senderos, montes, ciudades, países,
continentes y, por diversos mundos. Somos
las nietas de las brujas que no pudieron quemar.
Declaración
del Foro
Mujeres negras, indígenas, populares y mestizas colombianas, al lado de
activistas e investigadoras de Guatemala, Italia, Brasil, Irán, Guinea Bissau,
Bolivia, Canadá, EE.UU, Ecuador, España, México, entre otros países del mundo,
representantes de diversos movimientos sociales y con experiencias concretas de
lucha frente al racismo, al capitalismo y al patriarcado, nos reunimos en
Buenaventura, durante los días 25, 26, 27, y 28 de abril de 2016. Nos
encontramos en este primer Foro Internacional sobre Feminicidios en grupos
etnizados y racializados para reflexionar, en tejido colectivo, comunitario y
rabioso, y comprometernos con la transformación de las comunidades con el
propósito de erradicar los asesinatos de las mujeres y la violencia en todas
sus formas, reivindicando nuestra humanidad, compartiendo nuestras historias,
memorias, experiencias y conocimientos.
Decidimos reunirnos en Buenaventura porque este territorio es el centro
del modelo de desarrollo minero energético y portuario del país, donde se ha
registrado desplazamiento de grandes grupos poblacionales y múltiples
asesinatos de mujeres, jóvenes y de líderes en general, en los territorios de
propiedad colectiva de las comunidades que los habitan ancestralmente.
Frente a esto, en el foro analizamos conjuntamente el incremento de las
diversas formas de violencia contra las mujeres y su relación con las dinámicas
de acumulación del capital global que en América Latina tiene una expresión
colonial y racista. En particular, analizamos cómo el feminicidio es funcional
al despojo de la tierra, y al exterminio de las comunidades y Pueblos
Indígenas, Negros, Populares, Urbanos y Rurales. Este despojo tiene formas
crueles y sangrientas en áreas pacíficas colombianas producto de la imposición del
modelo destructivo del desarrollo.
Junto a esto analizamos las formas de resistencias y de organización
autónoma de las mujeres y movimientos desde sus comunidades en contra de la
violencia y del exterminio de las comunidades y Pueblos. Vivimos con alegría la
capacidad de las mujeres de crear y recrear la vida común, el compartir y la
capacidad de reparar dolores transformándolos en conocimientos y luchas por la
justicia.
Exigimos al Estado, al gobierno, a las multinacionales y a la sociedad
colombiana en general, poner fin a la guerra contra las mujeres, sus
comunidades y Pueblos, respetando los territorios, garantizando la vida de los
Pueblos Indígenas, las Comunidades Afrodescendientes, Campesinas, Urbanas y
Populares. Exhortamos a las organizaciones de los movimientos sociales a asumir
un compromiso profundo por el desmantelamiento del patriarcado colonial
capitalista y así caminar por las aspiraciones del Buen Vivir y del Ubuntu.
Fotos. Natalio Pinto
[1] Esta pregunta fue
propuesta por las organizadoras del evento (Otras Negras… ¡Y Feministas!). Nos pensamos
esta cuestión desde nuestro ser de mujeres negras que no hemos sido
comprehendidas en la multiplicidad de nuestras opresiones. Se nos suma como
mujeres en el feminismo; como racializadas en el movimiento negro y como
oprimidas en el movimiento social. En el movimiento feminista blanco,
hegemónico, liberal-moderno -como queramos denominarlo- persiste una visión de
mujer universalista, a pesar de los discursos multiculturalistas. En el
movimiento social afro la lucha primordial es por la justicia al pueblo negro
en relación con los derechos, desde su condición racializada. En el movimiento
social -de la izquierda- en general, el problema fundamental es de clase.